V - Nicanor se pone académico


—¿No sabes la diferencia entre manga y anime? es muy sencillo, en esta librería no encontrarás ningún ejemplar de anime, ¿por qué? pues porque el anime es la versión en película de los mangas, en pocas palabras.
—¿Eso es todo? yo pensaba que eran dos géneros distintos de cómic japonés.
—Pues ahora ya lo sabes. Si te fijas, en español pasa algo parecido, cuando decimos «dibujos animados», hasta las palabras se parecen.

En estos términos se desarrollaba una de las charlas que Nicanor podía tener un día cualquiera con alguno de los pocos clientes que se acercaban a la tienda a curiosear en su sección. Ya llevaba casi un mes, y, a pesar de la poca afluencia de público, aún no había tenido tiempo de aburrirse con la actividad del día a día. 

Como había previsto, tendría mucho tiempo para navegar entre libros y libros de historietas, y eso es lo que hizo sin parar desde el minuto uno de su llegada a ese trabajo. En una parte de la mesita auxiliar que tenía para organizar las llegadas de ejemplares, catalogarlos y registrarlos en el ordenador, se reservaba un mínimo rincón donde se permitía el lujo de dibujar, tomar notas o copiar directamente muchísimas ideas de los autores que más le llamaban la atención. Las tareas logísticas se terminaban enseguida, y más si ello suponía dedicarle más minutos a su pasión.

Aunque todo el mundo afirmaba que los libros de papel tenían los días contados —"no me importa, seguro que yo duro menos en esta tienda", se repetía—, Nicanor estaba seguro de que eso no le pasaría a las historietas, su pasión indiscutible.

El nuevo encargado era lo que todo el mundo denomina un friqui del universo de la novela gráfica. Desde el momento en que abría los ojos ya se veía como protagonista de una, cuya primera página empezaba delante de un café y unas galletas, y nunca sabía cómo sería la última ilustración, porque tenía todo el día por delante. La noche también ocupaba algunas páginas de esa novela, pero las imágenes eran menos definidas. Se parecían mucho más a las de los mangas japoneses más difusos.

—Pues creo que no me van a gustar los mangas, se leen al revés y no hay quien se entere. Soltó el chavalín de antes, despertando a Nicanor una vez más de su trasposición al mundo del papel.
—Como quieras, solo te digo que todo es ponerse.
—Sí, pero creo que me gustan más los de personajes de aquí, que se leen "normal".


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